La reforma tributaria presentada por el gobierno de Gustavo Petro se enfrenta a serias dificultades para ser aprobada en el Congreso de la República, principalmente por la falta de respaldo entre los legisladores y la creciente oposición a la creación de nuevos impuestos.
A pesar de los esfuerzos del Ejecutivo por avanzar con la iniciativa, muchos congresistas, incluidos los miembros de las Comisiones Económicas, han manifestado su preocupación de que el país no tiene capacidad para asumir una mayor carga tributaria en este momento.
Uno de los puntos más críticos señalados por los ponentes de la reforma, como el senador Juan Carlos Garcés, coordinador de los mismos, es el descontento generalizado con la propuesta de imponer más impuestos.
Garcés subrayó que tanto las empresas como los ciudadanos, especialmente los trabajadores, ya están luchando con las altas cargas fiscales existentes y no soportan la idea de más tributos. En su intervención, el senador también expresó su desacuerdo con el régimen simple, una medida que, según él, ha sido positiva para muchas pequeñas y medianas empresas, pero que podría verse afectada por los ajustes planteados en la reforma.
Garcés recordó que uno de los aspectos que más se había trabajado en reformas anteriores era precisamente el régimen simple, y señaló que no está dispuesto a respaldar un proyecto que lo ponga en peligro.
A pesar de estas objeciones, Garcés reconoció que algunos aspectos de la reforma podrían ser objeto de discusión, como la propuesta del Gobierno de flexibilizar la regla fiscal, lo que permitiría un mayor margen de endeudamiento, calculado en unos 5 billones de pesos. Esta flexibilización podría ser una de las alternativas para dar viabilidad a la reforma, aunque los legisladores aún deben estudiar cuidadosamente su impacto.
En cuanto a la posibilidad de que la reforma no pase en el Senado, Garcés fue claro al señalar que existen votos tanto a favor como en contra en la Comisión Tercera, lo que deja abierta la posibilidad de que el proyecto se hunda si no se encuentra un consenso.
En este sentido, el senador destacó que lo primordial es hacer un análisis profundo del proyecto y tomar decisiones basadas en la viabilidad económica del país, sin imponer más impuestos a las empresas ni a los ciudadanos.
Además, planteó una preocupación adicional: aún no se tiene claridad sobre el déficit fiscal del próximo año, lo que genera incertidumbre sobre la magnitud de los ajustes que se deben hacer al presupuesto, y por ende, sobre la necesidad de implementar nuevas reformas tributarias.
Para avanzar con el proyecto, los ponentes han decidido emprender una gira nacional para socializar la reforma, escuchando tanto a los empresarios como a la ciudadanía en diversas regiones del país. Esta consulta permitirá a los legisladores ajustar la propuesta a las realidades económicas y sociales del país, y, en función de los comentarios recibidos, decidir qué ajustes serán necesarios para lograr el respaldo necesario en el Congreso.
En resumen, la reforma tributaria del gobierno Petro enfrenta un panorama complicado. La falta de consenso en el Congreso, las preocupaciones sobre el impacto de nuevos impuestos y la incertidumbre sobre el déficit fiscal están complicando su trámite. Los próximos pasos dependerán de un análisis detallado y de una negociación que logre un equilibrio entre la necesidad de recursos del Estado y la viabilidad económica para los ciudadanos y las empresas.